miércoles, 10 de abril de 2013

Cuando parece que no es nada y, en realidad, lo es todo.

 Quizá sea por que no hay mucho que contar o, a lo mejor, sea lo contrario...
  Igualmente, nada que os afecte directamente, supongo. ¿Qué más os da lo que piense, haga o sienta?
  De hecho, esta entrada ha surgido por el simple hecho de haber mirado el blog; si no, ninguna de estas palabras hubiera sido escrita.
  Pero esta visita mañanera a lo que un día fue un intento de blog, me ha servido para reflexionar sobre mi último año y medio.
  ¿Por qué un vacío tan monumental en un lugar tan personal como mi blog? ¿Acaso es que no ha sucedido nada importante? ¿Es que no hay nada a lo que merezca la pena echarle unos minutos?
  Siento que esas preguntas no tienen ningún sentido para mí. Ahora mismo estoy pasando por la mejor etapa de mi, aún corta, vida. Estoy tranquila, alegre, en armonía, radiante, con ganas de vivir y perspectivas de futuro. Tengo amigos,  la mejor familia del mundo (aunque a vosotros os parezca mejor la vuestra), y al chico más increíble que haya conocido nunca como cómplice y compañero.
  ¿¡Cómo que no hay nada que contar!? ¡Claro que lo hay! Mi vida actualmente va a aventura diaria; sin embargo, no escribo. Estoy en ese punto en el que parece que no es nada y, en realidad, lo es todo.
  Quizá sea verdad que, al contrario que cuando estamos tristes, no sentimos la necesidad de mostrarle al mundo lo afortunados que somos o, a lo mejor, ya nos da igual quién lea nuestras simples y vacías palabras.
  Porque, cuando somos felices, felices de verdad, nos da igual lo que otras personas puedan saber u opinar.     Y, lo aún más fascinante, aunque nuestro propósito no sea mostrar al mundo nuestra dicha, el mundo ya se da por enterado. Porque los sentimientos, aunque no queden grabados para la posteridad,vuelan y llegan hasta al recoveco más escondido. Y es que, como ya deberíais saber, los entes más poderosos son aquellos capaces de volar.

jueves, 10 de mayo de 2012

Indignación.

Bien, aunque hace mucho tiempo que no escribo, me parece que ya ha llegado el momento. Y me he dado cuenta, porque un amigo, tras una larga perolata que le he soltado, me ha dicho que "cree que ando un poco indignada". ¡Y es verdad!

Y os preguntaréis, ¿por qué? ¿Qué te pasa? Una chica joven de dieciocho años, con toda una vida por delante... ¿Justin Bieber se ha cortado el pelo? Pues mira, eso ni lo sé ni me importa (ni me gusta ese individuo). Lo que sí que sé es que la gente de mi edad no suele estar implicada ni informada de los sucesos actuales, de la realidad: de cómo OTROS manipulan su futuro. Porque es así, gente elegida mediante "la voz del pueblo", habla por "el pueblo" y decide "lo mejor para el pueblo".
Pero, ¡venga ya! ¿Quién se traga eso?

Bueno, pues esta conversación comenzó comentando el tema de los recortes en educación (¡qué mínimo que  los universitarios sepamos algo de esto!). En un momento dado, mi amigo comentó el radicalismo de la sociedad actual y en ese momento una chispa se inició en mi mente, y digamos que esa chispa fue creciendo hasta crear un fuego enorme en toda ella. ¡Es que tiene lógica y sentido que la gente se radicalice!¡Están jugando con sus derechos!

Porque, no es normal, que un gobierno recorte en cosas tan esenciales como la educación, la investigación, la sanidad o el transporte. No es normal que lo primero que supriman son bienes de primera necesidad, que de las pocas cosas ejemplares en este país, que a otros muchos les va a costar conseguir y que a nosotros ya nos costó en su época (aunque yo no viviese por aquél entonces), aquello que tanto esfuerzo costó, sea lo que, ¡plaf!, desaparezca de un plumazo de un día para otro. Y, lo que por supuesto no es normal, es que en pleno siglo XXI, los únicos sectores que se queden intactos sean la Iglesia y la monarquía. Es que esto se dice hace un par de años y la gente piensa que es ficción.

¿Me estáis diciendo que tres curas que lo que hacen es dar dos misas, son más importante que el futuro de un país entero? (Y con esto no quiero ofender a nadie, ¿eh?) Porque no es lógico que suban las tasas universitarias, que a los alumnos extranjeros se les haga pagar el importe completo de las matrícula y que se recorte en personal docente. A no ser, claro, que queráis crear una sociedad inculta y manipulable, en la que sólo aquellos con posibles puedan estudiar y tener un "futuro digno" y, obviamente, estos últimos deben ser producto: "MADE IN SPAIN" ,"TYPICAL SPANISH" o "PRODUCTO IBÉRICO 100%" (a los portugueses ya os encargaríais de quitarles esa denominación de origen).
Pero, ¡qué mal pensada que soy! ¿Verdad? Si eso sólo lo hacéis por nuestro bien. ¡Por salir de la crisis!

Claaaaaaaaaaaaaaaro. Al igual que la reforma laboral, ¿eh? Sí, sí, esa que sólo favorece a que los empresarios puedan despedir más fácilmente, con menos costes, y puedan explotar a la gente. ¿No os suena? Sí, gracias a la cual, en cinco meses hay casi seis millones de parados. ¡Aaaah, que eso son los restos del gobierno anterior! ¿Y hasta cuándo van a durar esos restos? ¿Hasta que os parezca a vosotros?

Me parece que esta foto refleja bastante bien el sentimiento de indignación.
Pero, ¿sabéis lo peor? Que han salido las previsiones de aquí a ocho años. Y se prevé que el paro seguirá aumentando, después se estancará y luego (cuando no se pueda estar peor), poco a poco, irá disminuyendo hasta que, al final, en 2012 haya dos millones de parados menos. Y entonces es cuando tú empiezas a pensar: "De seis millones de parados, se pasará a cuatro. Y para eso faltan ocho años... Pero, ¿no había cuatro millones de parados hace apenas cinco meses? ¿No era por eso por lo que el gobierno actual estaba poniendo el grito en el cielo?"

Sí, lo peor de todo es que esto lo "hemos decidido" nosotros en las urnas. Por mayoría absoluta, nada menos... Pero que yo lo comprendo, la gente estaba desesperada y se prometía un cambio. Lo que no esperaban es que el cambio fuese a peor. Promesas incumplidas ("¡No más IVA!"- ¿Os suena del 2009? ¡Pues en 2013, sube!) e intereses propios (privatización por un tubo). Eso es lo que hemos conseguido.

Ya en el tema de la sanidad, prefiero no meterme mucho, porque me enervo. Que la seguridad social no pase ni el ibuprofeno que es básico... Bueno, y que la gente que tenga que ir a rehabilitación o quimioterapia tenga que costearse el transporte,  es abusivo. ¡Ni que ellos quisieran tener que ir! O la frase de: "Una mujer a la que le han quitado una mama, puede vivir sin ella. No se le costeará el implante de una nueva." Cómo se nota que vuestras mujeres podrán permitírsela y no tendrán que sufrir psicológicamente cada vez que se miren al espejo o vayan a la playa...

Pero he dicho que no me quería meter. Eso sí, espero que ya que prefieren no invertir en investigación, y sí en la Iglesia, al menos, su queridísimo Dios les cure rezando dos "Padresnuestros" y un "Ave María" y no tengan que ir a quirófano.

Y del Ministerio de Justicia, mejor ni hablar... Ni aborto, ni matrimonio entre homosexuales, ni ninguno de los avances sociales que se habían logrado en los últimos años. Adiós al respeto y hola a la homofobia, el racismo, el machismo y el clasismo. Sólo falta que se legalice el que los curas puedan "ser muy cariñosos" con los niños se siete u ocho años...

En serio, nunca me he sentido muy española, pero es que ahora me avergüenza decir que soy de España. Me da asco vivir en un lugar gobernado por personas que anteponen el dinero a una vida. Pero, sobre todo, esas personas lo que me dan es lástima.

Por eso mismo, esta chica de dieciocho años piensa volar lejos, muy lejos, allá a dónde le lleven los aviones que algún día piensa diseñar (o, al menos, alguna de sus partes). Y piensa quedarse en un sitio en el que se le prometa un futuro digno, un salario decente, unas condiciones de trabajo razonables, una educación para sus futuros hijos ejemplar, una sanidad pública y de calidad, respeto por todos los pensamientos, ideologías, sexualidad, gustos, creencias, origenes; pero, sobre todo, un país sin alzheimer donde no se impongan leyes "por el pueblo", y no se olvide de que "el pueblo" no tiene un millón de euros esperándoles en el banco. En definitiva, un país, donde no tenga que sentir pena por aquellos que gobiernan y salen cada viernes en la tele a causa de su nuevo "boom" legislativo. Porque, al fin y al cabo, soy persona. Y las personas somos egoístas y sólo pensamos en nuestro propio bienestar.

jueves, 15 de diciembre de 2011

A broken heart.

Dos meses. Dos. Y parece que fue ayer cuándo nos abrazábamos por la calle. No, espera, que ayer ocurrió eso, pero nada más.
Hay gente que se pregunta el por qué de mi tristeza, por qué no puedo ser feliz, por qué le doy tantas vueltas a lo mismo si, al fin al cabo, nada ha cambiado demasiado, ¿no?
Sí ha cambiado; y mucho. No es lo mismo. No, no lo es. Hay una gran diferencia entre estar enamorada a solas o estarlo junto a una persona que te corresponde...
No sabes lo que daría por comprenderte. No imaginas el esfuerzo que hago diariamente. Leer y releer nuestras propias conversaciones en busca de una respuesta. Recordar cada frase que alguna vez dijiste sin poder evitar que otro de nuestros recuerdos invada mi mente. Lágrimas, mi almohada está salada. Y lo que más me duele de todo es que a pesar de intentarlo, sigo sin comprenderte.
"Te he querido y te sigo queriendo, pero por mi forma de ser es imposible que estemos juntos". Éste es el tipo de cosas a las que no paro de darle vueltas y, sintiéndolo mucho, cariño, sólo puedo concluir que o estás mintiendo o eres un poco cobarde. Si no me quieres, dímelo directamente; si lo haces, te achanta muchísimo el miedo a la posibilidad de que la cosa no salga bien. Y respecto a la última parte de la frase sólo diré que me gustas tú, te quiero tal y como eres y, posiblemente, si tuvieses otra forma de ser, nunca habríamos llegado a tener nada.
Sé que una triste entrada en el blog no va a cambiar las cosas. Sé, incluso, que puedes tardar siglos en leerla. Sé que posiblemente no la leas nunca. Pero también sé que te sigo queriendo igual que hace dos meses y que ayer, mientras me abrazabas, por unos segundos, volví a ser feliz.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Seviliiiiia bonito, ¡ole!

Después de un largo verano en el que tampoco he tenido demasiado tiempo libre (aunque he de confesar que sí que podría haber actualizado esto un poco), he llegado a Sevilla. Pasaré aquí los próximos cuatro años (espero que si me quedo más tiempo sea porque quiera y no por obligación, you know...).

El caso, que aquí ando, comencé mis clases el lunes (presentación y típicos rollos) y sólo se puede decir que hayamos empezado con el temario de una asignatura... ¡Y ya tengo tarea diaria! xD.
Aunque por ahora no me puedo quejar demasiado sobre la universidad, la verdad... Lo peor es
que tengo clases por las tardes, pero estoy más descontenta con el horario de las comidas de la residencia, sinceramente.
Total, ¡que me tengo que acostumbrar a comer a la misma hora que los alemanes! xD.
Veré cómo me las apaño para poder adaptar un poco mi horario y que me dé tiempo de todo
(¡incluyendo actualizar el blog de vez en cuando!).
Ya contaré cómo va la cosa... Y, siento que la entrada sea corta y cutre, pero es que tengo tarea de mates... ;D.

martes, 26 de julio de 2011

Hipocresía.

Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Ésta es la definición que ofrece la a veces polémica y dudosa RAE sobre este término.
Teniendo en cuenta que deben ser lo más objetivos posible, me parece que en esta ocasión se puede aceptar como válida, pero seguro que quien tuvo que hacer el esfuerzo de
definirla le costó mucho dejar de lado el resquemor que dejan en nuestro interior los
comportamientos hipócritas hacia nosotros.
Para mí, ser hipócrita implica ser falso y mentiroso, las dos peores cualidades que se pueden poseer desde mi punto de vista. Decidme vosotros que lo sabréis bien, ¿qué se gana con eso? ¿Acaso sois más felices sonriendo cuando estáis con alguien y después lo apuñaláis por la espalda? (Todo en sentido figurado, por supuesto.) De ser así, amigos, sólo os diré una cosa: me dais pena.

jueves, 2 de junio de 2011

Pero, sin embargo...

Fin. La palabra que llevo deseando pronunciar desde que comenzó el temido 2º de Bachillerato. Todo ha terminado, ya pasó.
El resultado: inmejorable.
¿Quién no desearía poder tener el futuro en sus propias manos? ¿Poder decidir libremente aquello que quiere hacer? Pero, sobre todo, ¿quién no desearía una oferta como la que me ha sido ofrecida a mí?
Sí, Barcelona. Suena bien. No, más que eso, suena genial. Hace apenas unos escasos meses no lo
hubiera pensado dos veces. Mis sueños, salir de este pueblo y estudiar dos carreras que me
encantan, hechos realidad. Una oportunidad única si consigo que me elijan, sin dudas.
Pero, sin embargo, no ello ha conseguido hacerme
feliz. Todo lo contrario, me ha obligado a replantearme si es ese realmente el futuro que deseo. Distancia, eso siempre quise, no obstante,
ahora no me hace gracia. Aunque tampoco es la distancia en sí lo que me molesta.
De mi familia siempre he tenido asumido que me separaría tarde o temprano. Es la hora de echar a volar y de adquirir autonomía propia. Pero no planteé en ningún momento el hecho de que podría haber una tercera persona a la que no quisiera abandonar.
Sevilla. Siempre tuve ese nombre en la cabeza. Sevilla. ¡Y últimamente sonaba tan bien! Sevilla.
Sevilla. ¡Sevilla! Sevilla... Tú y yo en Sevilla. Tú y yo. Tú y...
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué ahora que era feliz con lo que tenía, justo ahora, es cuándo me ofrecen la oportunidad de mi vida? ¿Por qué?
Me parece injusto que aún siendo completamente afortunada nunca pueda llegar a ser feliz. Escoger. Tengo que escoger. ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Un esplendido futuro o a ti? Un esplendido futuro contigo, sin duda. Pero, sería tan egoísta pedirte eso por mi parte...
No me importaría pasar cinco años viéndote solo en vacaciones si con ello me aseguro volver a estar contigo después. Pero eso no lo sabe nadie y yo no soy quién para pedirte que tú te sacrifiques.
Yo no he pedido un futuro especial, un futuro que muchos envidiarían y, sin embargo, en mis manos está que me lo den. Pero, a lo mejor, lo que yo necesito en esta vida es normalidad y, sobre todo, algo de lo que carecía hasta hace poco, estabilidad. Lo único que pido es estabilidad, pero mi estabilidad eres tú.

lunes, 28 de marzo de 2011

Quizá no lo recuerdes pero...

Recuerdo que una vez, hará cosa así de un año y medio, una personita me dijo que le dedicase un texto. He de decir que ese texto aún no ha llegado. En principio, no he tenido mucho tiempo de escribir, pero algún que otro párrafo si que ha salido de mis dedos. No, definitivamente el problema no es ese.
Puede que no lo crea, pero desde que lo conocí ha sido muy especial para mí. Las cosas han ido mejor, peor, con más o menos contacto... Y sobre todo, admito que en más de una ocasión me he equivocado y la culpa ha sido íntegramente mía. Y creo que puedo hablar de tú a esta persona ahora mismo, porque no creo que tenga ningún tipo de dudas de a quién me refiero cuando lo lea.
Sé que a ti no te importa lo que hubo o pudo haber pasado, sé que lo has olvidado todo, pero, sobre todo sé que me has perdonado y que nunca me lo tendrás en cuenta. Lo que te interesa es
el presente, y vivir el presente es la opción correcta desde todos los puntos de vista.
Yo quizá aún piense más de la cuenta en el pasado, en lo que fue o pudo haber sido, en los hechos y mis actos. Pero empiezo a ser consciente de los resultados, de lo que es, y lo que podrá ser. De que lo verdaderamente importante es el ahora y, sobre todo, mi ahora que, afortunadamente, es
tu ahora.
Te querría escribir algo bonito (obviamente esto no lo es), un texto en el que me tomase un tiempo considerable, en el que pueda expresar mínimamente lo que pienso, ya que lo que siento es completamente imposible plasmarlo en un papel. Me gustaría dedicarte algo bello, pero sobre todo, repleto de significado.
En definitiva lo que intento decirte justo ahora, es que, siempre te estaré agradecida por cómo eres y por cómo te has comportado conmigo, por dejarme tenerte (no en sentido posesivo) y,
ante todo, por ser tú.
Te quiero, Andrés.